Pautas para escapar de la rutina
Juan y María se conocieron un día de
verano, el sol los animó a entablar el dialogo. Eran jóvenes universitarios. Se
presentaron el uno al otro. Juan invitó a María al restaurante donde comieron y
bebieron a su gusto, tan amena fue la conversación que les llegó la noche. Ni
siquiera se percataron del tiempo, de sus compromisos que tenían ese día,
sintieron que se atraían el uno al otro, y eso era lo más importante. Fue así
que comenzaron una relación de pareja.
En un principio planificaron encuentros,
aquellas salidas tenían fecha y hora de inició, pero muchas veces se pasaron
del horario permitido. La satisfacción de estar juntos, era lo más importante.
Las prioridades de sus vidas era la relación que comenzaron y no quería que
jamás termine.
Un día ambos se dieron cuenta que la
rutina los estaba consumiendo. Asistían al mismo restaurante de siempre, porque
pensaron que eso mantendría viva la llama del amor, comían lo de siempre para
complacer sus gustos. María venía con el atuendo preferido por Juan, quien le
decía que su vestido la hacía regía, provocando suspiro en su corazón. Juan por
parte venía con el pantalón y camisa que María le pedía, porque eso a ella la
hacía feliz. Siempre procuraron complacerse, sin importar siquiera que la
familia o los amigos les critiquen o se mofen de ellos. El amor era lo vital,
la felicidad que fueron construyendo tenía un precio y estaban dispuesto a pagarlo.
A pesar que sus padres dieron su
aprobación a la relación y los amigos aplaudían a la pareja ideal, todo pasó a
la historia. Juan y María comenzaron a poner excusas a las salidas, evitaron
encuentros porque sintieron que el solo verse los asfixiaba, cuando sonaba el
celular no contestaban, los mensajes de WhatsApp quedaron en visto, ninguna
respuesta. Nadie reclamó nada al otro, poco a poco fueron comprendiendo que la
rutina había matado el amor.
Es así que alguien les sugirió
pasar por Terapia de pareja.
En la terapia aprendieron que
el amor es como una planta que tienen que ser cuidada, regada y tratada con
amor, de lo contrario se va secando.
Tomaron conciencia que en
primera instancia la relación comenzó con palabras lindas, expresiones tiernas,
todas las frases eran positivas. Pasados los días, todo fue cambiando,
comenzaron a brotar de sus labios palabra negativas, comenzaron las
acusaciones, los ataques.
Descubrieron que la rutina los
estaba consumiendo, que tendrían que renovar la relación, establecer planes de
escape del fracaso, para eso tendrían que recurrir a la imaginación.
Ahora, les toca a Juan y María
poner en práctica en su vida lo aprendido en la terapia. Por eso ellos están
construyendo el amor con el respeto, la comunicación, la afectividad. Se
comprometen a ser positivos en todo momento, evitarán decir palabras negativas,
solo serán positivos, se concentrarán en elogiar las actitudes positivas del
otro.
Finalmente, Juan y María
trazan un plan de acción llena de creatividad, que van desde la vestimenta,
acudir a lugares variados, sorprender a la pareja con actos placenteros, darse
tiempo él uno al otro. Mientras ellos construyen las bases para una relación
eficaz, nos queda esperar con expectativas, que disfrutarán de su relación
amorosa.
Que la pasen lindo. Un abrazo
para ustedes.
Dr. Albert.